Lagrimas
de injusticia e impunidad
Era un hombre que caminaba minuciosamente midiendo cada paso. Llego a un
camino el cual era complicado de caminar, así que no tuvo más opción que
empezar a saltar para poder llegar a su destino. Al llegar tomo un periódico y
decidió leer para enterarse de lo que pasaba a su alrededor y en cada rincón
del mundo, se detuvo a pensar y mirar si de verdad eso quería para el lugar en
el que vivía. Así que corrió velozmente, sin mirar para otro lado y sin
descansar, abrió la puerta, subió las escaleras, se encerró en su cuarto, se
tiro en la cama y comenzó a llorar. Pasaron 10 minutos y no aguanto las ganas
de escribir, tomo lápiz y papel, y con sus ideas trato de cambiar el mundo en
un pedazo de hoja.
Su rostro reflejaba tristeza e injusticia, en sus lágrimas impotencia.
Su cabello despelucado, sus labios resecos y sus piernas temblorosas al
escribir cada interlinea, sus manos firmes agarrando con dureza el lápiz.
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